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10 de septiembre de 2015

Meningitis

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¿Qué es la meningitis?
La meningitis es una enfermedad generalmente grave que tiene variadas complicaciones. Se trata de la inflamación de las membranas que circundan el cerebro y la médula espinal, como consecuencia de una infección bacteriana o viral que invade el líquido cefalorraquídeo. Estos agentes provocan síntomas muchas veces similares y diferentes grados de recuperación. Esta enfermedad siempre requiere un tratamiento rápido, por la velocidad de su evolución y la posibilidad de secuelas o de muerte.

Los agentes causantes de la meningitis son:
1) Neisseria meningitidis, bacteria causante de la enfermedad Meningocócica.
2) Haemophilus influenzae b, bacteria causante de diversas infecciones, entre ellas de Meningitis por Hib.
3) Diferentes virus del grupo enterovirus, que atacan el sistema respiratorio y digestivo, causando entre otras infecciones la meningitis viral o aséptica.

Existen tres tipos de meningitis:

1.- Meningitis Meningocócica:

2.- Meningitis por Haemophilus influenzae b:

3.- Meningitis Viral o Aséptica:


1.- Meningitis Meningocócica:

Corresponde a la manifestación clínica de la infección producida por la bacteria «Neisseria meningitidis» (o meningococo) de la cual existen diversos serogrupos, siendo los más importantes los A, B y C. El meningococo puede afectar diversos órganos, ya que cuando la bacteria ataca las meninges (membranas que envuelven el cerebro), produce la inflamación del líquido cerebro espinal y entonces se habla de «meningitis meningocócica». Por otro lado, si la infección se disemina por vía sanguínea, produce un cuadro llamado «meningococcemia», que consiste en una septicemia que puede presentarse con o sin meningitis y cuya evolución puede ser aguda o fulminante. Se caracteriza por un rápido colapso circulatorio con rash hemorrágico. Esta enfermedad puede ser fatal, por lo que es necesario acudir inmediatamente a un establecimiento de salud.

¿Cómo se contagia?

Las enfermedades meningocócicas se transmiten por contacto directo con personas infectadas, que pueden ser enfermos o portadores sanos asintomáticos, a través de gotitas y secreciones de las vías nasales y faringe (por ejemplo, al toser, estornudar, besar). la transmisión de la meningitis no es tan fácil como, por ejemplo, la del resfrío y no se contagia por contacto casual con un enfermo o portador. Su período de incubación es de dos a diez días, luego del cual es poco probable que se desarrolle la enfermedad. Debido al peligro de contagio y a la posibilidad de brotes o epidemia, el personal de salud debe desarrollar rápidamente las acciones necesarias para detener la cadena de transmisión, a través de la identificación y tratamiento de los contactos. Se considera “contacto” a las personas que viven y duermen con el enfermo o permanecen 5 horas o más dentro de un recinto cerrado con él, por ejemplo la familia, compañeros de sala cuna, internados, cuarteles o pasajeros de un mismo bus en un viaje de 5 horas o más. El personal de salud evalúa las diferentes situaciones, para determinar si compañeros de curso o de trabajo de una persona enferma necesitan tratamiento preventivo. Los enfermos y contactos que han recibido tratamiento no significan peligro de contagio para otras personas

¿Cuáles son sus síntomas?

Generalmente, los síntomas de los diferentes tipos de Meningitis son similares. Siempre que se presenten es indispensable que acuda a consultar un médico de forma inmediata.

La meningitis meningocócica se caracteriza por un comienzo repentino y cuyos síntomas más frecuentes son fiebre, decaimiento general, dolor de cabeza intenso o llanto persistente en niños pequeños, náuseas, a menudo vómitos y rigidez de la nuca. El signo más característico es la existencia de manchas de color rojo vinoso en la piel.

El meningococo puede afectar diversos órganos, ya que cuando la bacteria ataca las meninges (membranas que envuelven el cerebro), produce la inflamación del líquido cerebro espinal y entonces se habla de «meningitis meningocócica». Por otro lado, si la infección se disemina por vía sanguínea, produce un cuadro llamado «meningococcemia», que consiste en una septicemia que puede presentarse con o sin meningitis y cuya evolución puede ser aguda o fulminante. Se caracteriza por un rápido colapso circulatorio con rash hemorrágico.

¿Cómo se previene?

Para prevenir la enfermedad se recomienda mantener un buen estado de salud; mantener un buen estado de higiene bucal y personal; mantener una buena higiene del hogar, lavarse las manos frecuentemente, cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar; evitar el intercambio de saliva a través de chupetes, mamaderas,  juguetes u otros utensilios que los niños se lleven a la boca; ventilar diariamente la ropa de cama y las habitaciones; mantener una temperatura corporal adecuada, evitando enfriamientos y resfríos; evitar permanecer en lugares hacinados y mal ventilados.

Tratamiento y pronóstico

Existe vacuna específica para el Meningococo C y una vacuna combinada para serogrupos A y C. Ambas están recomendadas como medida de control en caso de brotes epidémicos producidos por estos grupos, debiendo ser administradas antes o durante el peak estacional . No se recomiendan como medida de prevención de la población general, dado que ofrecen escasa protección en los menores de 2 años, a la corta duración de la inmunidad que confiere y al escaso efecto de refuerzo de la revacunación. La aplicación de estas vacunas depende de la evaluación que realizan las autoridades de salud en cada situación de brote y la determinación de la efectividad de  las diferentes  medidas de control. Para las enfermedades producidas por Neisseria meningitidis B  no se cuenta aún con vacuna efica


2.- Meningitis por Haemophilus influenzae b:

La meningitis por Haemophilus influenzae es causada por dicha bacteria. Esta bacteria no debe confundirse con la enfermedad influenza, una infección de las vías respiratorias altas causada por el virus de la gripe. Esta enfermedad afecta principalmente a niños de 2 meses a 5 años de edad. Su comienzo puede ser repentino o lento y es común que se presente confusión progresiva o coma. Además de la meningitis, la bacteria Haemophilus influenzae b es causa de otras enfermedades, como la neumonía por Hib, artritis séptica, celulitis, pericarditis y osteomielitis.

¿Cómo se contagia?

La bacteria Haemophilus influenzae se halla habitualmente en las fosas nasales y la garganta de individuos sanos que viven en regiones en las que no se lleva a cabo la vacunación. Casi todos los niños no vacunados están expuestos a Hib antes de los cinco años. La bacteria se propaga por gotitas exhaladas.

¿Cuáles son sus síntomas?

Generalmente, los síntomas de los diferentes tipos de Meningitis son similares. Siempre que se presenten es indispensable que acuda a consultar un médico de forma inmediata.

Los síntomas de esta infección son similares a los producidos por el meningococo, descritos anteriormente. La enfermedad afecta principalmente a niños de 2 meses a 5 años de edad. Su comienzo puede ser repentino o lento y es común que se presente confusión progresiva o coma.

¿Cómo se previene?

En Julio de 1996 se incorporó al programa de vacunación obligatorio chileno la vacuna contra Haemophilus influenzae b, con un esquema de tres dosis, a los dos, cuatro y seis meses de edad. Esta medida protege a los niños menores de un año contra las enfermedades invasivas producidas por Haemophilus influenzae b (Hib), dentro de las cuales se encuentra la Meningitis por Hib. Luego de iniciada la vacunación, se ha observado en el país una fuerte disminución de estas enfermedades invasivas graves.

Tratamiento y pronóstico

El tratamiento de la infección consiste en un ciclo mantenido e intensivo de antibióticos. Desde julio de 1996 se incorporó al programa de vacunación obligatorio chileno la vacuna contra Haemophilus influenzae b, con un esquema de tres dosis, a los dos, cuatro y seis meses de edad. Esta medida protege a los niños menores de un año contra las enfermedades invasivas producidas por Haemophilus influenzae b (Hib), dentro de las cuales se encuentra la Meningitis por Hib.


3.- Meningitis Viral o Aséptica:

Es la forma más común de meningitis. Se trata de una enfermedad grave, pero raramente fatal en personas con un sistema inmune normal. El cuadro  agudo tiene una duración de 7 a 10 días. Las secuelas, consistentes en debilidad, espasmo muscular, insomnio y cambios de la personalidad pueden durar hasta un año, pero la recuperación es generalmente  completa.

¿Cómo se contagia?

La mayoría de los casos de meningitis viral o aséptica son causadas por enterovirus, como los coxsackie B y echovirus, aunque los virus herpes y el virus del sarampión también pueden causar la enfermedad. Estos virus se transmiten fácilmente y se multiplican en las vías digestivas o respiratorias, pudiendo afectar diversos tejidos u órganos. El ser humano es el único huésped conocido. Los niños pequeños son más sensibles a la infección, que se transmite en forma fecal-oral (principal vía de contagio entre los niños) o respiratoria, a través de contacto directo con saliva, esputo o secreción nasal. Este contacto se puede producir al tocar las manos de una persona portadora del virus o cualquier objeto infectado. El virus no se transmite por vía aérea y probablemente tampoco por contacto con agua o alimentos contaminados.

El período de transmisión del virus comienza aproximadamente 3 días después de adquirida la infección y dura aproximadamente hasta 10 días después del desarrollo de los síntomas. El período de incubación del virus puede  ir de 3 a 7 días desde el momento en que se adquiere la infección. Es difícil evitar el contacto con el virus, pues existe el estado de portador sano del virus o bien personas que sólo tienen la enfermedad en forma leve, similar a un resfrío.

¿Cuáles son sus síntomas?

Generalmente, los síntomas de los diferentes tipos de Meningitis son similares. Siempre que se presenten es indispensable que acuda a consultar un médico de forma inmediata.

Los síntomas de la meningitis, aunque pueden ser diferentes en cada persona, en general incluyen fiebre, dolor de cabeza intenso, rigidez del cuello, fotofobia, somnolencia o estado de confusión, náuseas y vómitos. Si la infección es causada por coxsackie o echovirus, se presenta una erupción similar a la rubéola. Los síntomas intestinales y respiratorios, en cambio, pueden ser causados por enterovirus propiamente tal. En niños pequeños es más difícil identificar los síntomas, que pueden incluir fiebre, irritabilidad, dificultad para despertar o rechazo a la alimentación.

¿Cómo se previene?

En caso de contacto con enfermos, se recomienda el lavado frecuente y cuidadoso de manos, no compartir cubiertos o vajilla con la persona enferma, en instituciones, como salas cuna, internados, hospitales u otras, se debe desinfectar superficies y objetos que hayan tenido contacto con el paciente con una solución de agua con cloro.

Tratamiento y pronóstico

El diagnóstico definitivo se realiza en laboratorio mediante aislamiento viral en líquido céfalo raquídeo, pero por la tardanza del resultado no es útil para determinar tratamiento. No existen antivirales específicos  para el tratamiento de la meningitis viral, por lo que solamente se recomienda reposo, ingerir gran cantidad de líquido y medicamentos para bajar la fiebre, aliviar el dolor de cabeza o tratar las complicaciones. En personas inmunodeprimidas o gravemente enfermas se pueden evitar infecciones graves con el uso de inmunoglobulinas.


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