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12 de octubre de 2017

Ministerio de Salud despide a uno de sus grandes salubristas: Fernando Muñoz Porras (Q.E.P.D)

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Santiago, 12 de octubre de 2017.- El Ministerio de Salud inicia esta nota con gran tristeza, tras conocerse el fallecimiento de Fernando Muñoz Porras, quien fuera Jefe del Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI).

Aquejado por un cáncer, que resistió con un estoicismo admirable, recibió el Premio de Gestión y Liderazgo en Sistemas de Salud, que entrega anualmente la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a quienes se han desempeñado siguiendo los valores que promueve el organismo internacional en su quehacer: equidad, excelencia, solidaridad, respeto e integridad.

Este galardón lo recibió de manos de la Ministra de Salud, Carmen Castillo, del Subsecretario de Salud Pública, Jaime Burrows y de la representante en Chile de la OPS, Paloma Cuchi. En este encuentro, se mostró sorprendido y agradeció personalmente a las autoridades la distinción.

La Ministra Castillo afirmó que “el Ministerio de Salud lamenta la partida de un gran salubrista. Su aporte en distintas áreas del quehacer sanitario ha permitido un impacto favorable en la salud de miles de personas. Esta sólida trayectoria en pro de la Salud Pública de nuestro país fue reconocida por la OPS en un reciente premio a su desempeño profesional. La comunidad ministerial agradece su entrega. Lo vamos a recordar con gran cariño por su calidad humana y como un referente para las futuras generaciones que trabajan en el sector público de Salud”.

En la postulación a este reconocimiento al organismo internacional, el Subsecretario Burrows argumentó que este destacado médico cirujano era merecedor de este premio “debido a que es un profesional completo, tanto técnico como humanamente, y entregado al desarrollo de la Salud Pública en el país”. Agregó que “el apoyo de Fernando Muñoz fue esencial desde el punto de vista tanto técnico como comunicacional a la incorporación de la vacuna contra el virus papiloma humano. Desde su visión técnica, fomentó la vacunación con las sociedades científicas, colegios médicos, matronas, enfermeras, entre otros, recalcando la importancia de esta nueva vacuna que se estaba incorporando al PNI”.

Durante los años en que estuvo a cargo del PNI demostró grandes habilidades de liderazgo, especialmente valorados por el equipo a su cargo, así como de control de contingencias, tales como aluviones, incendios, entre otros eventos naturales. Fernando Muñoz fue referente para los equipos de vacunación de las regiones y a nivel local, tanto en universidades como en centros de educación.

Fernando Muñoz (QEPD) acompañado por el equipo del Programa Nacional de Inmunizaciones.

TRAYECTORIA PROFESIONAL

• Entre 1990 y 1994, se desempeñó como Director del Servicio de Salud Araucanía y entre 1994 y 1998 fue Subsecretario de Salud de Chile.
• En el Ministerio de Salud desempeñó diversas funciones directivas y en el año 2008 fue nombrado Agregado para temas de Salud en la Misión de Chile ante los organismos de Naciones Unidas.
• Le correspondió asumir un rol de alta responsabilidad en la implementación del Régimen de Garantías de Salud (AUGE) y fue también responsable del diseño del componente de salud del Sistema de Protección a la Infancia «Chile Crece Contigo».
• Fue consultor de OPS/OMS, GTZ, BID, USAID y Banco Mundial en proyectos en el área de la Salud Pública.
• Fue Profesor Asociado de la Universidad de Chile y de la Universidad de la Frontera.

CARTA DE AGRADECIMIENTO AL PREMIO DE GESTIÓN Y LIDERAZGO EN SISTEMAS DE SALUD

A Carissa Etienne, Directora General de la Organización Panamericana de la Salud:

Habría sido muy grato para mi recibir personalmente el Premio OPS de Inmunización, pero la salud me ha jugado una mala pasada y el tratamiento que debo seguir me impide hacerlo, por lo que recurro a este agradecimiento a distancia para manifestarle el orgullo que me invade al saberme destinatario de esta distinción.

Las vacunas han estado muy ligadas a mi desarrollo profesional y personal desde los inicios de mi carrera, en particular con mi llegada a integrarme como Pediatra y Salubrista al cuerpo docente de una nueva Escuela de Medicina creada por la Universidad de Chile en Temuco, capital de la Región de la Araucanía, la zona indígena y la región más pobre de Chile.

Corría 1978, en el país se había instalado una dictadura y todos los que habíamos abrazado ideas izquierdistas éramos sospechosos, por lo que coordinar mi trabajo docente con el Servicio de Salud del Estado era difícil y para qué decir lo complejo que resultaba la coordinación de asesorías con las autoridades de la época, quienes mandaban con desconfianza a los sobrevivientes de una de las mayores persecuciones de trabajadores de salud ocurridas luego del Golpe Militar. Tres médicos, entre ellos el director del Hospital de Temuco, se cuentan entre las decenas de desaparecidos y ejecutados por agentes del Estado en la Araucanía, los que se suman a los miles que dan cuenta de una herida aún abierta en la convivencia de la sociedad chilena.

Quien me salvó de mantenerme enclaustrado en las salas de clases fue un gran salubrista, el Dr. José Manuel Borgoño, quien había elegido la región para iniciar la aplicación de los módulos de capacitación del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) y requería ayuda de alguien con mi perfil para sumarme a un equipo de enfermeras y epidemiólogos que desde entonces nos hicimos cargo de talleres intensivos dirigidos a obtener un cambio importante en la cobertura y en la calidad de los programas de vacunación en la región.

La tarea no fue fácil. Había que garantizar cadenas de frío, desde el fabricante hasta el niño vacunado en un centro de salud o una apartada posta rural, lo que implicaba inspeccionar los refrigeradores de los centros de salud, cautelar que su uso fuera exclusivo para vacunas, dotarlos de termómetros de mínima y máxima, garantizar protocolos, elaborar manuales. Todo ello contando con la fuerza y el compromiso de nuestros equipos de enfermería.

A partir de estas experiencias, me he mantenido ligado a los programas de inmunización hasta ahora. En estos años, afortunadamente he ocupado posiciones que me han permitido tomar decisiones importantes respecto al programa chileno, las que han tenido impacto en la salud de las personas, especialmente en las de niñas y niños.

Así hemos llegado a un presente caracterizado por la complejidad y la incertidumbre. Nuestros programas enfrentan desafíos crecientes y diversos que me limitaré a mencionar aprovechando esta carta de agradecimiento:

• La necesidad de garantizar cobertura de atención primaria suficiente para centrar en una base sólida la inmunización de toda la población desde los servicios gubernamentales y desde los privados certificados para tal efecto.
• La transparencia en la relación con la industria y el desarrollo de capacidades críticas y con base en evidencia científica que sean contraparte de la presión de intereses comerciales.
• El estudio de las actitudes de las personas y grupos interesados en las vacunas y el enfrentamiento serio y fundado en ese conocimiento de la publicidad anti vacunas.
• La reposición de la relevancia de los programas de inmunización en la formación de pregrado de los profesionales de salud, especialmente en el de las enfermeras.
• La necesidad de extender y perfeccionar día y a día los registros nominales de vacunación y las estadísticas vitales con el fin de obtener indicadores confiables y comparables entre los países.

Estimada Doctora Etienne, compañeros y compañeras de OPS, les reitero mi agradecimiento por este premio. Espero veros una vez que pase este trago amargo que me ha deparado la vida.

Fernando Muñoz Porras

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